Ya hemos mostrado varias veces la incoherencia el las organizaciones. Hoy mostraremos algunos otros casos, quizás interesantes para el ávido lector que devora esta página.
PARQUE DE VACACIONES DE UTE.
Una de las cosas más incoherentes del PV son los horarios, en particular, durante el verano.
Varios carteles promueven que los turistas se cuiden del sol, no exponiéndose entre las 10 y las 17 horas.
Sin embargo, eso se contradice con su política: la piscina abierta, que está al rayo del sol, abre a las 10 AM, cierra a las 12, abre a las 15 y cierra a las 18. O sea que la única posibilidad de ir a la piscina es a las peores horas del sol!!!!!!!!!!!!!!! Ripley se sacude en su tumba…
Otra de las incoherencias es la hora de la cena: se comienza a servir a las 2000 hs o 2030. En otras épocas, podría ser interesante, luego de un día entero de actividad al sol, cenar temprano. Hoy, luego que se sale a las 18 horas para disfrutar de un rato de aire libre sin quedar calcinado, a las 2 horas hay que volver a cenar, con el sol alto aun.
Preguntadas varias personas acerca de la razón de este horario, la respuesta es que ellos también “deben descansar” y sino llegan a sus casas (en Minas) muy tarde.
Vocación turística? Nula. Evidentemente, el PV continuará siendo, en su mayoría, un destino exclusivo para el personal de Ute y Antel.
COLONIA DEL SACRAMENTO, representada por la IMC.
Venimos de Colonia, a la que encontramos más linda que nunca, en verano, florecida y llena de turistas nacionales y extranjeros.
Cada casa con más de 5m2 se ha transformado en un pequeño boliche, con mesitas afuera, y con diferentes opciones gastronómicas. No está caro, sobre todo pensando en los que pagan en euros, que cada día son más.
Una de las más grandes incoherencias de la IMC es tener un Patrimonio Histórico de la Humanidad (Unesco 1995) plagado de autos transitándolo y rompiendo calles. Habría que delimitar la zona histórica y la propuesta sería que sólo ingresen algunos proveedores, en horarios determinados, y nada más.
Otra cosa increíble (increíble) es que en plena ciudad vieja, haya una planta de OSE que ocupa casi una manzana. ¿No es posible trasladarla y destinar ese espacio a reconstruir algún edificio representativo de la época o generar alguna otra opción turística?
Mucho más ambicioso sería erradicar algunas viviendas “modernas” de la zona, a un costo elevado, e ir recuperando aún más el aspecto de ciudad colonial. Por suerte, casi nada es imposible.
Yéndonos un poco hacia el oeste, llegamos al Real De San Carlos. Esta es una muestra de la contemplación pasiva de los uruguayos. Desde el año 1993, primera vez que fui a Colonia, la plaza de toros está cerrada con alambrado, prohibido su paso y con peligro de derrumbe. Ya pasaron casi 20 años, crisis y bonanzas, y la situación sigue sin cambiar.
Pregunto: ¿no es posible reconstruir el edificio, y ofrecer algo más? Ejemplo: una muestra de la época, transformándola en museo, en espacio multicultural, sala de espectáculos, etc. ¿No se le podría sacar mucho más provecho, que exclusivamente mirarla de afuera?
La misma situación pasa con el Frontón. Se lo publicita como construcción de la época, sin embargo está cerrado, tiene ventanas tapiadas de ladrillos, parece que alguna vez (sino ahora) ha estado ocupado por personas y aves, etc. ¿No podría hacerse algo similar que con la Plaza de Toros?
En fin, da la sensación que tenemos algo muy valioso, pero no sabemos que hacer con ello, salvo dejarlo como está y contemplarlo pasivamente como los bobos de Quiroga miraban al sol.