Este blog está dedicado a esa subespecie de seres que gustan de abusar de adjetivos y metáforas, y por ello se autodenominan periodistas.
Y como de lo único que pueden hablar es de aquello que no requiere formación y solo un poco de memoria, se autodenominan periodistas deportivos.
Debieran denominarse simplemente “habladores de futbol”.
Evidentemente se restringen a futbol y alguno más avezado habla de basket. Hay algunas excepciones de aquellos que se animan con el atletismo, pero son realmente raras.
Estos señores se caracterizan por:
a) No jugársela: siguiendo las reglas del futbol dejan abierta la posibilidad de que lo que dicen se revierta en los próximos 5 minutos. Esta característica la tienen todos.
b) Autobombo: al haber hecho lo anterior, siempre tienen la posibilidad de decir “yo lo dije”. Mr. Toto es un gran ejemplo de esto.
c) Utilización extensiva, grandilocuente y repetitiva del adjetivo, el sinónimo y la metáfora. Realmente es envidiable su capacidad de utilizar adjetivos, sinónimos (ej: los uruguayos, los orientales, los charrúas, los celestes, la selección, el combinado, el once, el equipo, la escuadra, etc.), y metáforas que los hacen creerse que son diferentes, superiores, mejores o elegidos. Alguna vez escucharon a Scelza repetir la misma idea? O quizás ilustrar el mismo concepto con 5 o 6 ejemplos o metáforas similares? Porque realmente son repetitivos, metafóricos, adjetivadores. Y se pasan siendo repetitivos. Uups, creo que ya quedó claro que son repetitivos!
d) Aseveración en lugar de pregunta. Son pocos los futbolistas o técnicos que preguntan ¿cuál es la pregunta? Pero por suerte cada vez son más. Si se presta atención, los periodistas no preguntan. Dan su visión sobre un partido, jugada o equipo y luego de esa aseveración, le ceden el micrófono al entrevistado. En ese punto correspondería decir: ¿cuál es la pregunta? En este grupo, califican casi todos, pero en especial Julio Ríos, ya que le encanta escucharse por encima de todas las cosas. Y lo que es peor, creerse inteligente!
e) Comentarios que no resisten al archivo. En el momento en que las cosas van bien, son alcahuetes, y si no van tan bien, piden la cabeza de técnicos y jugadores. El problema es cuando sucede a la inversa, como con Uruguay. En 2008 era un desastre, Tabarez era un terco, los jugadores eran perros, Lugano no servía para capitán. Hoy son unos fenómenos, y todo se da a la inversa. Y lo peor de todo es que no tengan la decencia de decir “me equivoque”. Pregúntenle a Sonsol, Toto, Ríos, etc.
f) Exitismo por sobre todas las cosas. Si no somos campeones, no sirve nada. Gracias a ellos nos pasamos años amargados. Verdad Etchandy?
g) Vestimenta impresentable. Para distanciarse más de la plebe, transmiten de saco y corbata aunque el partido se juegue a 40grados en pleno verano. Pueden darse algunos casos simpáticos, pero normalmente pasa eso.
Los ejemplos pueden seguirse sucediendo. La lista está abierta para que ud. querido lector pueda dar su opinión. Esto es algo que no hacen los pseudo-comunicadores de fútbol: el micrófono y la palabra son de ellos por sobre todas las cosas. Dificil que Ud. pueda discrepar, y si lo hace, no será escuchado.
Y otra cosa que suma son sus “egos”, se pelean, se amigan y se vuelven a pelear, entre ellos o ellos con el poder de turno. Nunca se sabe cuál es su verdadera opinión, así como tampoco se sabe del cuadro del cuál son hinchas (aquí eximo a algunos pocos que han dicho Peñarol).
En mis preferencias personales zafa el equipo de 13 a 0, aunque no me guste su relator. Me gusta cuando el Profe da su opinión, siempre indica un “me parece” o “pareciera” o algo que deje entrever que se puede equivocar, que no es dueño de la verdad absoluta y que es uno más mirando un partido de fútbol. Evidentemente, esto tampoco lo hace el resto, dando opiniones absolutas y categóricas, aunque después se tengan que tragar el micrófono, ya que le erraron de aquí a Pando.
Por todo esto no consumo más programas deportivos desde hace mucho tiempo.
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